La nueva desalinizadora de la Tordera se pagará con el recibo del agua

Las obras de ampliación de la desalinizadora de la Tordera en Blanes serán sufragadas con un crédito del Estado que la Generalitat deberá devolver a través de una repercusión tarifaria en el recibo del agua.

La nueva desalinizadora de la Tordera, que se estima que costará unos 220 millones de euros, es una de las infraestructuras clave para afrontar futuras sequías junto a otra planta proyectada en el Foix, entre Cunit y Cubelles (Garraf). La previsión de la Generalitat es que ambas estén operativas en el horizonte del 2030 y se sumarían a las dos que ya están en marcha desde hace años en Cataluña: la Tordera I y la de El Prat de Llobregat (Baix Llobregat).

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